Antes de salir para Madrid, ya conocía por mi hijo, los Periódicos e Internet, la apertura de esta exposición en los Antiguos Mataderos Municipales de Madrid, situado en el paseo de las Choperas (Legazpi)
Así que ya lo tenía decidido, aunque estuve dudando entre ver esta exposición o la de Goya en el Museo del Prado; finamente me decidí por los Tesoros
Sumergidos de Egipto, mas que nada por resultarme más exótico el tema y por considerar mas complicado el poder verla en otra ocasión, además ya hemos estado
varias veces en el Prado, y muchos de estos Goyas ya los habíamos visto. Así que después de un buen desayuno, tras haber estudiado bien la ruta en metro, nos ponemos en marcha; desde nuestra casa en Madrid tan solo tenemos que hacer un trasbordo para tomar el circular (total tres cuartos de hora en metro).
Salimos del metro en Legazpi, donde comienza el Paseo de las Choperas y ahi mismo comienza la fachada de los Antiguos Mataderos, enormes en dimensiones, vemos una primera puerta abierta y cuando vamos a entrar por ella, sale una señora que nos dice “la exposición, es en el numero 10 y este es el 14″, pues nada seguimos avanzando en medio de un vendaval, con los ojos medio cerrados para evitar se nos cuele algo de lo que vuela, arena, hojas, polen, etc. y ateridos de frio (siete grados)
Llegamos por fin al número 10, y hemos recorrido 300 metros (según un cartel del metropolitano indicador que hay en la acera de enfrente) penetramos en un patio, donde esta permitido el aparcamiento, pero solo 60 minutos, la exposición precisa de mas de dos horas sin recrearse demasiado en ninguna de las piezas expuestas.
Nos encarrilan en un paseo que algún dia supongo formará parte de un jardín, damos la vuelta al edificio y terminamos en el último rincón del solar a la entrada de una nave horrible que no sigue la estética del resto de edificios del matadero, se trata de una nave industrial actual que presenta graffitis por todas partes tanto interior como exteriormente.
Llegamos a las taquillas, conté cuatro, y no hay cola, mejor porque no me gustan, pido dos entradas y me dicen 22 Euros, mi mujer dice ¿vamos a entrar con este precio?; leo en una nota que los parados pagan 9 Euros, por fin me va a servir para algo el carnet del paro, además de para recordarme que sigo sin trabajo; no te dan ni un mal folleto, pregunto por el mismo y me dicen que dando la vuelta a la taquilla están colocados, me dirijo al lugar y tienen dos maquinas expendedoras que te dan el folleto previa introducción de 3 Euros, desisto por considerarlo excesivo y ya no me atrevo ni a preguntar por la maquinita esa que te va contando lo que vas viendo, marcando el numero que tiene cada pieza expuesta.
Dentro, maravillas, si quieres ver todos los videos, recrearte en los distintos esquemas y arboles genealógicos, de seis a siete horas no hay quien te quite; hay figuras, monedas, joyas, cerámicas y distintos objetos de las culturas helénica, egipcia y romana, obtenidas de las ciudades sumergidas de Heraclion, Alejandria y Canopo por Franck Goddio y su equipo de arqueólogos submarinos.
Ahora sabemos, gracias a Godio y compañia, que el antiguo puerto de Alejandría ocupaba unas 600 hectáreas; que la ciudad de Heraclion, descubierta a 7 kilómetros de la actual costa, tenía más de un kilómetro cuadrado de área; y que la parte Este sumergida de Canopo ocupaba 25 hectáreas.
Otro misterio ha sido también resuelto: Heraclion (en griego) y Tonis (en egipcio) fueron, de hecho, la misma y única ciudad. Esto ha sido revelado por las inscripciones jeroglíficas de una estela de granito negro, hallada intacta en el yacimiento de Heraclion.
Dicen que lo investigado tan solo representa un dos por ciento de la extension de estas ciudades.
Solo os voy a destacar lo que en mi memoria ha quedado como impresionante: la estela de granito, que por lo que allí dice la traducción se trata de un edicto para cargar de impuestos las importaciones realizadas por los merdaderes griegos, un diezmo para la construcción de un templo; las estatuas colosales de cinco metros de Hapi, dios del Nilo, un rey y una reina, realizadas en granito rosa; unas especies de capillitas de aproximadamente un metro cúbico realizadas en una sola piedra vaciando el interior, las llaman Naos; las joyas, anillos y pendientes, autenticas filigranas que merecieran ser atribuidas a algún joyero cordobés actual; la perfección del grabado algunos ejemplares de monedas; y sobre todo el magnífico trabajo del escultor en la estatua de la reina Arsinoe II, donde se mezclan los estilos griegos con los egipcios.
Resumiendo, la exposición me pareció magnifica, el local horrible y mal aislado, dado que hacia en el interior el mismo frio que en el exterior; del resto de edificios que componen el antiguo matadero municipal, me llamó mucho la atención las bocas de los desagües de los canalones de lluvia, imitando gárgolas.
Para mas información aconsejo visitar la siguiente web
www.tesoros-sumergidos-egipto.es